Arqueólogos y antropólogos de la Universidad de Buenos Aires están realizando estudios geofísicos para reconstruir una aldea de 2.000 años de antigüedad que se halla semienterrada en Catamarca. Precisamente en Palo Blanco, Tinogasta, a 2.000 metros de altura.
Palo Blanco, forma parte de Fiambalá, tiene unos 1.700 habitantes, en su mayoría descendientes de los pueblos originarios.
"Este yacimiento fue descubierto en los 60 por la doctora Carlota Sempé; y cuarenta años después, con nuevas tecnologías, ha retomado las investigaciones la antropóloga Norma Ratto, a cargo del proyecto.
Los trabajos en el terreno se iniciaron en 2004 con técnicas no invasivas, para no dañar los restos enterrados. En la superficie se habían hallado muchos fragmentos cerámicos. Hasta ahora se encontraron ocho núcleos habitacionales.
También hay restos de construcciones antiguas en La Herradura, La Mesada, Chuquisaca, Antinaco, Punta del Agua y La Ciénaga, aunque no tan bien conservados. El viento zonda "transporta" los médanos, y las hace aparecer y desaparecer.
