Murieron ayer 112 personas en Siria, en la jornada de protestas más sangrienta desde que comenzaron las manifestaciones contra el régimen de Bachar al Asad, según cifras de activistas de la oposición.

Durante la jornada de ayer, calificada como el Gran Viernes, hubo manifestaciones contra el régimen de Al Asad en múltiples puntos del país. Según activistas de derechos humanos, muchas de ellas fueron reprimidas a tiros por la policía y agentes de civil.
Las manifestaciones se produjeron un día después de que el presidente sirio firmara un decreto para poner fin al estado de emergencia, vigente desde 1963, y para abolir el Tribunal de Seguridad del Estado.
Para hoy se esperan nuevas protestas durante los funerales de las víctimas de ayer.
Según activistas de la oposición, algunas áreas de Damasco amanecieron hoy cercadas por el Ejército y la Policía, mientras en la ciudad central de Homs las autoridades rechazan entregar los cadáveres a sus familias hasta que éstas digan a la televisión que grupos de salafistas mataron a sus hijos. AP