
El jefe del estado, el Presidente Giorgio Napolitano, ha aceptado de facto la renuncia que el Primer Ministro le ha presentado en la reunión que ambos han mantenido en el Palacio del Quirinale.
Napolitano comenzará una ronda de consultas con distintos líderes parlamentarios para tratar el futuro político del país.
La decisión de Prodi ha llegado después de que el Senado diese espalada su política externa, rechazándola en una votación en la que la oposición ha pedido a gritos su renuncia.
Prodi no estaba obligado a dimitir, al no tratarse una moción de confianza, pero el Ministro de Exteriores, Massimo D'Alema, ya había amenzado con ello si perdían la votación, afirmando literalmente que si se daba ese caso deberían "irse a casa".