La Coordinación de Organizaciones Mapuches (COM) manifestó ayer su rechazo por la decisión del papa Benedicto XVI de beatificar a Ceferino Namuncurá.
Un documento firmado por Jorge Nahuel, de la COM, argumentó el rechazo: “Luchamos contra estas invasiones y no les aceptamos este perverso título para un hermano nuestro que murió a manos de la misma colonización. Desterrado de su tierra de origen, lo consumió la tuberculosis”.
Nahuel señaló que Ceferino era “hijo de nuestro logko (jefe político) Namunkurá y nieto de nuestro toky (jefe militar) Kalfukurá”.
“Se lo llevaron vivo, lo devolvieron muerto y para disimular semejante asesinato, incluida la pérdida de identidad, le prometen devolverlo con títulos de semihéroe beato o santo. Regalos de distracción para un pueblo que ya no se distrae”, afirma.
Por su parte, Vicente Tirabasso, inspector de la Provincia Salesiana de la Patagonia Norte, que dio el primer paso hacia la beatificación de Ceferino, indicó que la familia Namuncurá está “muy contenta con la beatificación”.
Y agregó: “Dentro de la nación mapuche hay grupos que están en disidencia. Son gente de otras creencias contrarias a las cristianas”.
La receptora del milagro de Ceferino es Valeria Herrera, de la ciudad de Alta Gracia. Valeria fue misionera en comunidades aborígenes y tan joven como Ceferino cuando le detectaron la enfermedad.
Por ello decidió rezarle al “indiecito santo”. Un par de días después, la metástasis en el útero había desaparecido. El milagro le permitió tener tres hijos.
