Hacía 10 ó 15 días que el cuerpo estaba en el interior de la vieja propiedad que Norma Gladys Rampullo había comprado recientemente y estaba refaccionando.
Más que desagradable fue la sorpresa que se llevó su hermano cuando abrió la puerta de calle, que se encontraba abierta, y se topó con un olor nauseabundo.
El hombre había llegado desde San Juan porque su hermana, que vive a pocas cuadras de allí, no respondía a sus llamados.
El cadáver estaba en la cocina, en el interior del gabinete de una heladera que permanecía tumbada sobre el piso.
La mujer, cuyo cuerpo estaba en avanzado estado de descomposición, permanecía maniatada y, a simple vista, no se advertían signos de la causa de la muerte.
Se estima que el móvil, sería un robo.
En la casa donde fue hallado su cuerpo se estaban haciendo reformas y participaban de los trabajos varios albañiles, los que tampoco fueron vistos en los últimos días, según confiaron los vecinos.
